sábado, 4 de junio de 2011

EL EMBARAZO

Se denomina gestación, embarazo o gravidez (del latín gravitas) al período que transcurre entre la implantación en el útero del óvulo fecundado y el momento del parto. Comprende todos los procesos fisiológicos de crecimiento y desarrollo del feto en el interior del útero materno, así como los significativos cambios fisiológicos, metabólicos e incluso morfológicos que se producen en la mujer encaminados a proteger, nutrir y permitir el desarrollo del feto, como la interrupción de los ciclos menstruales, o el aumento del tamaño de las mamas para preparar la lactancia.
En la especie humana las gestaciones suelen ser únicas, aunque pueden producirse embarazos múltiples. La aplicación de técnicas de reproducción asistida está haciendo aumentar la incidencia de embarazos múltiples en los países desarrollados.[1]
El embarazo humano dura unas 40 semanas desde el primer día de la última menstruación o 38 desde la fecundación (aproximadamente unos 9 meses). El primer trimestre es el momento de mayor riesgo de aborto espontáneo; el inicio del tercer trimestre se considera el punto de viabilidad del feto (aquel a partir del cual puede sobrevivir extraútero sin soporte médico).

LA NIÑEZ

La niñez mediana es un período de muchos cambios en la vida de un niño. A esta edad, los niños ya pueden vestirse por sí solos, atrapar una pelota más fácilmente solo con las manos y amarrarse los zapatos. Lograr independizarse de la familia es ahora más importante. Acontecimientos como comenzar a ir a la escuela hacen que estos niños entren en contacto permanente con el mundo exterior.

ADOLESCENCIA

La adolescencia, es un periodo en el desarrollo biológico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad. Su rango de duración varía según las diferentes fuentes y posiciones médicas, científicas y psicológicas pero generalmente se enmarca entre los 11 o 12 años y los 19 o 20.
Para la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia es el período comprendido entre los 10 y 19 años y está comprendida dentro del período de la juventud -entre los 10 y los 24 años-. La pubertad o adolescencia inicial es la primera fase, comienza normalmente a los 10 años en las niñas y a los 11 en los niños y llega hasta los 14-15 años. La adolescencia media y tardía se extiende, hasta los 19 años. A la adolescencia le sigue la juventud plena, desde los 20 a ños 24 años pero si tenemos la edad de un adolescente tenemos que tomar la vida con responsabilidad ya que es una de las etapas mas peligrosas de nuestras vidas digo peligrosas porque no pensamos lo que hacemos todo nos vale, pero te aconsejo que la tomes con tranquilidad.

LA ADULTEZ

La adultez es la etapa más extensa de la vida de la persona, ya que en muchas sociedades occidentales comienza legalmente a los 18 años y termina a los 65. Comprende, por lo tanto, un largo período de tiempo en el cual intervendrán muchas variables sociales, culturales y psicológicas que condicionarán el desarrollo de la persona adulta durante su juventud y madurez. Con el fin de reflejar la forma como la sociedad ordena y estructura los diversos grupos de edad y da a cada uno de ellos funciones específicas, las ciencias sociales diferencian dos etapas para la adultez: el adulto joven (de 19 a 25 años) y el adulto maduro (de 26 a 65 años).

Durante este largo período de tiempo las personas desempeñan gran cantidad de actividades sociales, asumen responsabilidades cívicas y legales, y pasan por experiencias muy diversas, y todo ello hace que sea una de las etapas más complejas de la existencia humana. A pesar de esta complejidad, la adultez, para la mayoría de las personas, representa un período lleno de oportunidades para seguir creciendo y desarrollándose. Se considera una etapa productiva y de transición para el individuo en la cual se mezclan la juventud y la experiencia.

LA VEJEZ

La expresión cuarta edad hace referencia a la última fase de la vida de las personas que alcanzan una vejez avanzada, considerándose habitualmente su comienzo a partir de los 80 años de edad[1] que representan «el umbral del cambio» según la geriátra Pilar Mesa Lampre.[2] Estas personas sufren la gran mayoría de las enfermedades crónicas altamente discapacitantes, psiquiátricas como el mal de Alzheimer o la demencia senil, o motoras como la artrosis, lo que las hace en muchos casos dependientes tanto de su familia y entorno afectivo como de la atención sociosanitaria. Así, en España, casi la mitad de las personas mayores de 80 años padecen algún grado de discapacidad.[3]

En las sociedades desarrolladas la esperanza de vida está en continuo aumento, por lo que en estos países el porcentaje de personas mayores de 80 años es cada vez mayor. Así, por ejemplo, en 2003 vivían en España 1.756.844 personas mayores de 80 años, y en 2005 ya eran 1.903.756 personas.[2] A la vez, también aumenta la edad media de estas personas, y el número de hogares unipersonales habitados por octogenarios, normalmente mujeres por su mayor longevidad.